¿Cómo inmortalizamos?

En Liz de la Cruz, nuestra filosofía es capturar la efímera belleza de la naturaleza y convertirla en arte perdurable. Nuestro exclusivo proceso de fundición orgánica es el fruto de años de perfeccionamiento en nuestro taller, donde la tradición ancestral de la se fusiona con innovaciones que nos permiten preservar la integridad completa de los objetos naturales en metal.

Cada pieza comienza su transformación con un cuidadoso tratamiento adaptado a su esencia; algunos elementos se secan y deshidratan meticulosamente, mientras que otros se inmortalizan de inmediato para retener su gracia natural. Nuestra aleación de bronce especial, desarrollada para capturar hasta el más mínimo detalle, encarna la esencia misma de la naturaleza en cada curva y textura. Además, ofrecemos la opción de inmortalización en plata ecológica, obtenida de radiografías recicladas y de ley 925, para aquellos que buscan una alternativa sostenible.

El toque final de lujo se consigue con un baño completo de oro de 24 kilates, asegurando que cada creación brille con la intensidad de la vida que una vez fue. Este proceso no solo celebra la belleza natural, sino que también garantiza la durabilidad y la calidad excepcional de cada joya.


Cada adquisición viene acompañada de una garantía de seis meses para cubrir cualquier defecto de fabricación, y ofrecemos un servicio de mantenimiento continuado para asegurar que su joya de Liz de la Cruz se mantenga tan eterna como el momento que captura. Con cada pieza, entregamos no solo una joya, sino una historia, un pedazo de naturaleza inmortalizada para atesorar por siempre.